PREGÓN SEMANA SANTA – HERENCIA 2017

Semana Santa, olor a incienso, amor cofrade, penitente, nazareno.

Semana Santa, dolor del alma, pasión de Cristo, Cristo habla.

Semana Santa, pecado humano, perdón de Dios, oración del cristiano.

Que pase de mí este Cáliz, dijo Cristo en su oración,

como una sombra en la noche, con un beso lo entrego.

Judas, simboliza la traición, después el arrepentimiento,

para los hombres, el perdón, para Jesús el sufrimiento,

sufrimiento de la Cruz, que sobre su hombro cargó,

los pecados de los hombres, el desprecio, la traición,

las envidias entre hermanos, las maldades, el rencor.

Todo eso hecho cruz, y con esa cruz cargó,

su frente, coronada de espinas, en su rostro, la pasión,

su madre por las esquinas, en sus ojos, el perdón.

El perdón para los hombres, porque siendo el mimo Dios,

clavado de pies y manos, sobre una cruz murió.

Hoy, recordando su nombre, reviviendo su pasión,

veo a Jesús hecho hombre, veo la cara del dolor,

veo la injusticia sin nombre, la ternura y el amor.

Porque ese es Cristo Jesús, es Jesús, mi redentor

es la luz que me guía, es para mí, mi señor,

es el hijo de María, que con nuestra Cruz cargó.

Señor Vicario  Don Óscar Casas

Señor Presidente de la Junta de  Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Herencia,  Don José María Gallego de la Sacristana.

Señor Alcalde De Herencia Don Sergio García-Navas

Presidentes y Hermanos mayores de las Cofradías de pasión y gloria de Herencia

Corporación municipal del ayuntamiento de Herencia

Compañeros concejales

Miembros de las juntas de gobierno de las hermandades de pasión y gloria.

Cofrades, creyentes, amigos.

Bien venidos todos.

Sin duda, pregonar la Semana Santa de Herencia, aun siendo un gran honor, supone un importante reto que en su día quise  asumir, aunque  confieso, que aun sigo preguntándome, porque el señor Presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de Herencia, mi buen amigo José María, me eligió  para realizar esta tarea, precisamente a mí, a una persona que no tiene más merito y currículum que el haber nacido en el seno de una familia cristiana, devota de San José  y cofrade del Santo Entierro.

No quiero pecar de modestia, pero  no me considero una persona relevante ni importante, ni en mi pueblo ni en mi trabajo, ni en mi vida diaria. Yo solo soy un hombre que en su trabajo y en su vida cotidiana, intenta hacer las cosas lo mejor que puede.  Tampoco soy un gran orador y mis palabras quizá sean un poco torpes, por eso les pido disculpas por mis errores y por los nervios que a veces son traicioneros.

Pero hecho el encargo y aceptado el compromiso, no queda más remedio que ponerse manos a la obra,  e intentar no defraudar a quien puso su confianza en mi persona.

Antes de continuar,  y con el permiso de todos ustedes, quiero tener un recuerdo para mi esposa y mis hijos, para mi padre y mis hermanos, para mis amigos, que han compartido la espera de este momento a mi lado, ayudándome, estimulándome y arropándome con su cariño, pero más allá de todos ellos, un recuerdo muy  especial para mi madre, que en estos momentos estará escuchando desde un privilegiado sillón de la Gloria.

Desde aquel día en la procesión de Nuestra Señora de la Encarnación, en la que José María me confirmó oficialmente el encargo de hacer este pregón, no ha pasado un momento, en el que no acudiesen a mi mente ideas y proyectos para confeccionarlo, pero cuando intentaba plasmarlo  en papel, solo conseguía escribir cuatro líneas, y así un día y otro día, como sería la cosa, que hubo un momento en el que se me paso por la cabeza llamar a José María, y decirle que no podía cumplir su encargo, que estaba vacío de ideas, y luego pensé, ¿en qué lugar voy a dejar yo a quien ha confiado en mí?, entonces se me planteo otra cuestión, si no lo hago lo dejo mal, pero si lo hago y lo hago mal, lo dejo peor. Como dicen en mi pueblo, menuda breva.

Después de darle muchas vueltas al tema, comprendí que un pregón, es, anunciar algo, y un pregón de Semana Santa, es precisamente, anunciar la Semana Santa, y en eso estamos, aunque en honor a la verdad, el verdadero  anuncio de la Semana Santa, empezó el Miércoles de ceniza, empezó, con la Cuaresma.

Para mí, la Cuaresma, es la verdadera pregonera, la auténtica anunciadora de la Semana Santa. Al igual que Cristo se retiró cuarenta días al desierto, en los cuales, medito profundamente sobre  los caminos de Dios, y se preparó para su misión, nosotros, tenemos la cuaresma, que es tiempo de reflexión y preparación, preparación del cuerpo y preparación del alma.

El Papa Francisco explica que: la Cuaresma es un periodo de penitencia, pero no como fin en sí mismo, si no como medio para purificar nuestra alma y acercarnos a Dios, que termina haciéndonos resurgir con Cristo, renovar nuestra identidad bautismal, es decir, renacer nuevamente de lo alto del amor a Dios.

Y continúa diciendo, la Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de: el ayuno, la oración y la limosna. La Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor,  -que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del tentador-  nos muestra el camino a seguir.

El tiempo de cuaresma desde que puedo acordarme,  lo recuerdo con un cariño especial,  los Viernes de cuaresma en casa de mis abuelos y de mis padres, se ayunaba, no todo el día, solo  se saltaban el  almuerzo,  y  no se podía comer carne. Recuerdo los potajes con buñuelos de arroz, el bacalao con tomate, los dulces que mi abuela, mi madre y mis tías hacían en el horno de planchel, el ir a los actos cuaresmales del convento o de la iglesia. Y casi al final de la cuaresma, las túnicas y las capas colgadas por fuera de los armarios, los faroles, los caperuzos de cartón, que casi todos los años, había que ir a hacer alguno en casa de pepe “el de la imprenta”,  la limpieza de la casa y el “jalbegado” de la fachada  porque iban a pasar las procesiones, todo, formaba parte de la preparación para la Semana Santa.

Luego llegaba el Domingo de Ramos,  todos estrenábamos algo, pues se decía que: el que no estrena el Domingo de Ramos, no tiene manos, y vestidos de domingo y con algo de estreno, bajábamos corriendo a ver la borriquilla, y no se tenía que olvidar el encargo de mi abuela: coger un ramo de “oliva santa”,  para luego poner  una poca en cada pico de la viña para que no se apedreara.

Después venían el Lunes, Martes y Miércoles santos, estos días de gran ajetreo en mi casa, se dedicaban a repasar las túnicas, pegar botones, sacar bajos, blanquear los cordones, reparar los faroles, hacer las cenas del Jueves y Viernes Santos, (pues con las procesiones no daba tiempo), y dejarle a cada uno su traje de nazareno, planchado y preparado para la procesión.

La primera procesión llegaba el Jueves Santo, la procesión del silencio,  en verdad era del silencio, no se oía una palabra,  al paso de las imágenes los hombres se descubrían e inclinaban la cabeza, las mujeres se persignaban  y nos daban un cachete a los críos para que nos estuviéramos quietos, y  por sonido,  solo los tambores.

El Viernes Santo por la mañana, nos juntábamos en la calle las Cruces, en el anchurón de la turula, para escuchar el sermón de las siete palabras, y al terminar la procesión, irnos corriendo a comer,  para por la tarde, recorrer los monumentos y cenar pronto para irnos a la procesión. Para mí, la procesión con mayúsculas, la procesión del Santo Entierro.

En mi mente se agolpan los recuerdos y las emociones de estas noches de Viernes Santo,  primero, mi padre, saliendo de mi casa vestido de nazareno del Santo Entierro, después,  las bandas acompañando a los pasos,  la Guardia Civil con su traje de gala y su fusil a la funerala escoltando a la “Urna” , las luces de la calle y de los bares apagadas al paso de la imagen de Cristo Yacente precedido por  la Virgen de los Dolores, el silencio y el respeto con que se veía esta procesión, y por último, algo que me ponía los pelos de punta,  el sonido de las cadenas arrastradas por los nazarenos del Cristo de los Afligidos, que recuerdos.

Todo terminaba el Domingo de resurrección, con el encuentro de Jesús resucitado con su madre,  en la esquina de “margarito”.

Con el paso de los años, todo cambia, y  de cómo ha evolucionado nuestra Semana Santa, de cómo cada Hermandad y Cofradía ha adquirido su propia personalidad, de todo ello sabemos los cofrades de Herencia.

Sin embargo, en la mayoría de ocasiones nos ciega la pasión  y no conseguimos que aprendan de nosotros,  no sabemos ser maestros de nuevos cofrades.  Al cofrade hay que formarlo, hay que enseñarle el camino de lo que es un cofrade, no podemos transmitir al exterior solamente lo superficial y fácil, (salir a la calle vestido de músico, nazareno o cubierto con costales). Porque esto, amigos cofrades, no es todo.

Las cofradías y sus juntas de gobierno, tienen que reunirse bajo la presidencia de la fe, profundizando en la misma mediante la formación y la practica católica de todos los sacramentos, preparándose y preparando al resto de cofrades durante todo el año, (pero especialmente durante la cuaresma), para la Semana Santa.

No se concibe llegar al Domingo de Ramos sin una preparación, no se concibe, ser partícipe activo de la Semana Santa, y no llegar a ella preparado. No podemos llegar a la semana más grande del mundo cristiano, la semana en que se rememora el misterio de la Pasión,  Muerte y Resurrección de Jesucristo, sin haber preparado nuestro cuerpo, y nuestro espíritu, no podemos dárnosla de cristianos  y  devotos de una imagen durante unos días, y el resto del año “pasar” de la religión, “pasar” de nuestra obligación de cristianos  y olvidarnos  del verdadero mensaje de Jesucristo.

En los tiempos que corren, en los que la iglesia se ve atacada por todos lados y de todas las formas imaginables, en estos tiempos en los que ser cristiano está mal visto, es cuando tenemos que alejarnos un poco de lo festivo, de lo folclórico y profundizar más en la Fe.

Uno,  no solo es cofrade, por pertenecer a una cofradía, o por cargarse al hombro un Cristo o una Virgen, tocar un instrumento en las procesiones, o vestirse de nazareno uno o dos días al año, porque eso, es quedarse en lo superficial, en lo festivo.

Se es cofrade, cuando se realiza una labor de constante catequesis, cuando la Semana Santa,  no es el final de la presencia en  la cofradía, se es cofrade, cuando la Semana Santa, es el principio de nuestra labor, labor, que como he dicho antes, consiste en dar ejemplo de religiosidad,  formar a los nuevos cofrades en amar y servir a Dios  y a nuestros semejantes, llevar por todos sitios, el mensaje de nuestro señor, y no sentir vergüenza que nos vean salir de una misa,  el verdadero cofrade, tiene que dar ejemplo constante de sus creencias,  poniendo en práctica los principios evangélicos de humildad, sencillez, generosidad, entrega, perdón, quitarse la soberbia y olvidar las ofensas, y aunque nadie estará jamás en contra de que una cofradía, mejore sus tronos e imágenes, o su forma de procesionar,  no debemos de olvidar lo que representamos, de nada sirve embellecer nuestras imágenes, llevarlas a hombros o costal, hacer muchas  “levantas”, muchas reverencias, petaladas, bailes, incluso, hacer nuestros tronos de oro macizo, si con ello, se olvidan los principios evangélicos, que son  la verdadera misión de un cofrade, si con ello, se olvida lo que estamos rememorando, que no es ni más ni menos que la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, sin un verdadero comportamiento cofrade, y una verdadera Fe en lo que se rememora, todo queda como dije antes, en lo festivo.

Tenemos que luchar todos juntos, para darle a la Semana Santa su sentido real de religiosidad, de fe, tenemos que luchar todos juntos, para transmitir el mensaje de Cristo.

Cuando digo todos juntos, recuerdo las palabras de San Cirilo de Alejandría, aunque fueron dichas hace mas de mil seiscientos años, están de plena actualidad: nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo y somos miembros los unos de los otros, y es Cristo quien nos une mediante los vínculos de la caridad. Acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para la gloria de Dios. Nos acogeremos unos a otros si nos esforzamos en tener un mismo sentir.

Bonitas palabras que vienen a recordarnos, que tenemos que luchar todos juntos por un mismo fin, y aun a riesgo de repetirme, ese fin es nuestra Semana Santa. Cada año que pasa, nos damos cuenta de que las calles están cada vez mas vacías al paso de las procesiones, la gente solo se concentra en puntos estratégicos donde prima el folclore sobre la religiosidad. Las visitas a las distintas ermitas están carentes de fe, solo vamos a ver cómo está adornado el paso o trono y que han puesto este año de monumento.

Puede ser, que los culpables de la pérdida de interés por la Semana Santa religiosa, que no festiva, la tengamos nosotros.

Porque, ¿nos preocupamos de explicar a todos nuestros cofrades,  por qué hacemos y que significa el monumento?

¿Les explicamos lo que estamos rememorando y cuál es la cronología de la pasión? Buscamos lucirnos o buscamos hacer catequesis?

¿Buscamos un fervor festivo o un fervor religioso?

¿Tiramos cada uno para nuestro lado?, o, ¿tiramos juntos en la misma dirección? ¿Queremos cambiar las tradiciones para beneficio propio o por el bien común?

Entiendo que los tiempos cambian, entiendo que no podemos anclarnos en el pasado, pero también entiendo, que las cofradías tenemos la obligación de transmitir los valores cristianos, y aunque existen lugares en los que todo lo religioso se está perdiendo,  tenemos que dar gracias a Dios, de que las hermandades y cofradías de Herencia, tenemos un  gran potencial humano, para dar ejemplo de religiosidad y práctica católica,   me consta que se están dando pequeños pasos, que todas están intentando superarse a sí mismas en todos los ámbitos, cada una en la medida de sus posibilidades.

De hecho, si miramos la Semana Santa de hace unos años y la comparamos con la actual, apreciaremos los cambios, sobre todo,  en la reforma de los tronos, incorporación de nuevas imágenes, nuevos tronos y su forma de procesionar, pasando de  las ruedas tradicionales, a ser portados  por anderos  y costaleros, o mayor repertorio en la música de las bandas,  además de los actos que cada una organiza dentro y fuera de la Semana Santa, tales como besa pies, besa manos, exaltaciones, novenas, triduos y un largo etcétera de actos, con todo ello, se han conseguido varias cosas, engrandecer el patrimonio de nuestras hermandades y cofradías, y darle mayor  vistosidad a nuestra Semana  Santa.

Ya tenemos engrandecido el patrimonio material, (que está muy bien), pero nos queda lo más importante, incorporar savia nueva al mundo cofrade, engrandecer el patrimonio humano. Antes he dicho, que las Hermandades y Cofradías de Herencia tenemos un gran potencial humano, pero también tengo que decir, que no se está usando para traer nuevos cofrades, y hay que luchar por eso, hay que usar ese potencial, para llenar nuestras Hermandades y Cofradías, de esa savia nueva que tanto necesitan, no podemos vanagloriarnos de tener unos tronos y unas imágenes de lo mejor, si cada año tenemos menos anderos y costaleros para portarlas, menos músicos en las bandas  para tocarles, y apenas nazarenos para acompañarlas,  hay que luchar mucho, cada uno por su hermandad o cofradía, y todos juntos por nuestra Semana Santa, porque,  creo que es lo único que nos falta, luchar unidos, luchar juntos para vuelvan los que se fueron, luchar juntos para que la gente se sienta atraída por la Fe y no por la fiesta, y transmitir todos al unísono los sentimientos, ideas y actitudes que nos inspiran la Semana Santa.

Permitidme deciros, cuales son, (bajo mi punto de vista), los diferentes sentimientos, ideas o actitudes, que nos debe inspirar la Semana Santa y que tenemos que seguir practicando todo el año:

Sacrificio: En Semana Santa, estamos más cerca de esta idea. Jesús se sacrifico en la cruz por nosotros. Tomemos cada dificultad de la vida diaria como una prueba y aceptemos ese sacrificio sin mal humor.

Aceptación: Aceptemos las cosas que nos manda el Señor, con paciencia, con resignación, busquemos el consuelo de Cristo ante la adversidad. Aceptemos que si dios la ha querido para nosotros por algo será.

Dicen que Dios escribe con renglones torcidos.

Recogimiento: Son esos momentos en los que, agobiados por tantos problemas, nos paramos a reflexionar unos instantes, sobre lo que hemos hecho, hacemos o vamos a hacer. Siempre guiados por el espíritu cristiano de humildad y bondad, alejados del resentimiento, el odio o la venganza. Reflexiones,  que nos deben guiar a hacer el bien, a imitar a Cristo y a tenerlo como modelo.

Oración: La oración debe estar presente en todos los momentos de nuestra vida.  Recemos al señor por nosotros, por nuestras familias, pidámosle ayuda, fe, fuerza, Perdón.

Esperanza: La esperanza es la certeza de saber que Dios nos ilumina en nuestro camino. La esperanza es creer firmemente que este valle de lágrimas, tiene la recompensa de la otra vida, la vida eterna con el Señor.

Alegría: Debemos intentar que el sentimiento de alegría guíe nuestras vidas a pesar de las dificultades y de los problemas. Intentemos ante los problemas crecernos en la Fe,  estando seguros de que Dios nos ayuda.

Esfuerzo: Para mí, una de las cosas más importantes de la vida es el esfuerzo.

El esfuerzo es lucha, perseverancia, coraje, caerse y volver a levantarse. El esfuerzo trae la recompensa de haber conseguido algo, de resistir ante algo, de saber que ha valido la pena el sacrificio, la satisfacción de conseguir una meta aunque sea pequeña, de saber, que  si no podemos continuar, Dios está detrás para ayudarnos.

Para conseguir todo esto, para llevarlo a cavo durante todo el año, solo tenemos que hacer dos cosas: trabajar unidos y dejarnos guiar por Dios.

Dicho esto, creo llegado el momento de tener un  pequeño recuerdo  para las  procesiones de la Semana Santa de Herencia,  nuestra Semana Santa.

Semana,  que como marca la tradición, empezara mañana, el Domingo de Ramos.

Jesús como todo buen judío, sube a Jerusalén para celebrar la Pascua, al llegar a las puertas de la ciudad, monta un asno y entra. Los que le acompañan, sobre todo niños, lo aclaman. Entre palmas y ramas de olivo, hace Jesús su entrada triunfal en Jerusalén.

Palmas y olivos te aclaman,

a ti, Jesús redentor,

como un Rey entre los Hombres,

como un hombre, ante Dios.

Herencia, se viste de gala,

y te saca en procesión,

Domingo por la mañana,

entre palmas y clamor,

entre rezos y alegría,

se me ensancha el corazón.

En el Domingo de Ramos, nosotros recordando aquel hecho, aclamamos también a Jesús, y lo importante de este día, no debe ser conseguir una palma o un ramo de olivo bendecido, lo importante es la aclamación a Cristo, recordar y renovar, y vivir este día como una afirmación de nuestra Fe en El.

El Lunes, Martes y Miércoles Santo, son días de preparación al Triduo Pascual, días de reflexión que nos llevan al Jueves Santo.

El Jueves Santo por la tarde, nos reunimos para recordar y celebrar la última Cena de Jesús con sus discípulos.

Un nuevo mandamiento os doy, amaos los unos a los otros, como yo os he amado.

Jesús se reúne con sus discípulos para celebrar su ultima Cena, cena del amor, lección suprema de humildad y servicio a los demás en el lavatorio de los pies a sus discípulos.

Después, toma el pan, toma  el vino y se los da diciéndoles: que son su cuerpo y su sangre, anunciándoles que será su presencia en medio de ellos.

Con estos gestos, Jesús quiere enseñar cual es el sentido de todo lo que ha vivido, su amor y su dolor, su misericordia y su gracia, su entrega y  sus sentimientos, su muerte y su resurrección,  y de cómo deben vivir sus discípulos: poniendo su vida al servicio de los demás.

Noche de Jueves Santo, procesión del silencio, hermandades y cofradías salen a la calle, sonido de tambores, sonido de pasos arrastrados portando tronos, sonido del silencio.

Después de la Última Cena, Jesús tiene una inmensa necesidad de orar. En el huerto de los olivos cae abatido. Buscó apoyarse en la compañía de los más íntimos y los encontró durmiendo, solo uno no dormía, el traidor conjuraba con sus enemigos.  El, carga con los pecados de todos y cada uno de los hombres, y se ofreció como víctima,  para pagar personalmente todas nuestras deudas, y de cuantos solo recibe olvido y menosprecio.

Bajo el anciano olivo, con horror

al cruento final, al sacrificio,

de rodillas, humilde, es su cilicio

apurar la amargura del dolor.

No hará su voluntad porque es Amor.

Y su carne, rebelde ante el suplicio,

enrojece su arcilla, el edificio

que sufrirá su Cruz de vencedor.

Mañana del Viernes Santo, procesión de los siete santos,

Ya no se oyen las pisadas de los anderos y costaleros, solo las voces de sus capataces sobre salen  al sonido de los tambores, a los cuales se unen el resto de instrumentos que componen nuestras bandas y agrupaciones musicales. Mañana de encuentros,  mañana de reverencias y petaladas.

Jesús es conducido ante Pilatos, el cual por las presiones de los sumos sacerdotes,  ordeno  que lo atasen a una columna, y le aplicasen el castigo romano de la flagelación,

Cristo de la Columna.

Amarrado a la columna

está Jesús, maniatado

soportando los insultos del populacho endiablado,

sufriendo pacientemente los tremendos latigazos

que aquellos fieros verdugos despiadados, le están dando.

No hay un reproche en su gesto

ni hay una queja en sus labios

Aquella escena sangrienta a tu paso estoy mirando

y me horroriza pensar que yo también te hice daño

igual que aquellos verdugos que tu carne laceraron

cada vez que hice sufrir con desamor a mí hermano

Entonces, sí; adiviné

como una queja en tus labios

¡Jesús, divino Jesús

a la columna amarrado!

Ecce Homo en la vulgata por Pilatos presentado.

Aunque te miro vencido, roto, herido, lacerado

¡déjame llegar a ti! déjame esta r a tu lado

para pronunciar la queja, que nunca salió de tus labios.

Después de la brutal paliza, fue coronado de espinas y vestido con un manto purpura. Los soldados romanos se burlaban diciéndole: salve Rey de los Judíos.

Cristo de la Misericordia

Frente a los olivares, danzan linternas

los olivares duermen, la luna vela, vela velando,

noche de penitencia, viendo a Jesús prendido.

Como te busca la muerte con afanes sin sentido.

Como, por ti , se desprenden besos de traición y olvido,

por las siluetas amargas del huerto de los olivos

¿De qué te acusan, Señor?  Dime, ¿Cuál es tu delito?

¿Quizás, amar al hermano?  ¿Tal vez curar al herido?

¿o hacer comprender al hombre que Tu palabra es camino?

¿De que te acusan, Señor? ¿por qué té llevan prendido?

¿Preso de quien y de qué?   Preso por ser de Dios Hijo

La Pasión abre sus brazos,  en aras de sacrificio

Sobre lecho de olivares,  corazones sin latido

se deshacen en blasfemias  para tus santos oídos.

Una soga entere las manos,  prende tu talle de lirio

Te llevan preso y la muerte,   va caminando contigo,

escribiendo en notas negras,   la sentencia de tu sino.

Y en tanto, la noche pone,    notas de encarnados ritmos

en las siluetas amargas del monte de los olivos

¿De qué te acusan, Señor?  Dime, ¿Cuál es tu delito?

¿Preso de quien y de qué?  Preso por ser de Dios Hijo.

Cuando se cansaron de burlarse de Él, le quitaron la túnica, le pusieron sus ropas y con las manos atadas lo sacan a la calle.

Jesús de Medinaceli

Hijo de Dios hecho hombre, Jesús de Medinaceli, el cautivo,

prisionero de los hombres como un malhechor convicto,

como un ladrón, amarrado, burlado y escarnecido

como un feroz criminal, como un bárbaro asesino,

siendo, por ser quien era, tan dócil y tan benigno.

Tan manso como la brisa, tan clemente y compasivo

que perdona a quien le mata y ama a sus enemigos.

Ejemplo de nuestras almas ¡pero que poco le oímos!

cautivo por nuestras manos, preso de nosotros mismos,

que padeció por nosotros, ¡y qué mal pago le dimos!

todos pusimos la soga, todos el nudo le hicimos,

¡todos! Atamos a Cristo

al cordón de nuestras faltas, ambiciones y egoísmos,

de nuestras muchas miserias, falsedades, fanatismos,

todos tensamos la cuerda y a sus manos la ceñimos,

sosteniendo la injusticia y consumando lo indigno.

Jesús quedó en manos de los judíos, fue cargado con un madero y conducido al monte Gólgota, por el camino echaron mano de un tal Simón de Cirene  que venía del campo, y le obligaron a  que le ayudara a llevar la cruz.

Jesús Nazareno

¿Quién Viene? ¿El Jesús?

La noche se está poniendo un traje de terciopelo

mientras las calles se invaden entre discreto silencio

con un perfume de rosas al paso del Nazareno.

¿De dónde vienes Jesús?

¿A dónde vas, Nazareno, Junto a la noche sombría?

Voy a morir en la Cruz, en esta Cruz que suspira.

Me encontrare con mi Madre, que está esperando allá arriba,

frente al reflejo que estrena el lucero que más brilla.

Voy a morir en la Cruz,  voy a entregaros mi vida,

y no tengo más amor, que el amor que se eterniza

con cada gota de sangre que vierto de mis heridas.

Jesús en su camino hacia la crucifixión se encuentra con su Madre, sus miradas se cruzaron, ni una palabra salió de sus labios, no hacía falta, la amargura llenaba su corazón y su alma, su hijo era conducido a la muerte, muerte que ella presenció.

Virgen de la Amargura

Amargura te pusieron,

por ser amarga tu pena,

la pena que llevas dentro.

Dolor que a tu cara asoma. Daño escondido en tu pecho.

Es penar que, lentamente, te va matando en silencio.

Ay Virgen, como una llama que te quema con su fuego

Es tu amargura tristeza, profundo llanto en secreto.

Es cual puntiagudo clavo que, desgarrando tu cuerpo,

te traspasa el corazón y hondo se clava en tu pecho.

Por ser amarga tu pena, la pena que llevas dentro,

no hay para ti mejor nombre, que el nombre que llevas puesto,

Que por sufrir como sufres, AMARGURA te pusieron.

Tras varias caídas en la lenta y agónica ascensión, llegaron cerca del  medio día a la cima del monte Gólgota o del Calvario, allí fue crucificado, no al estilo tradicional de atar el cuerpo con sogas al madero, esta vez fueron más allá, su cuerpo fue clavado a la cruz. Sobre las tres de la tarde y con el cielo oscurecido desde el medio día, Jesús dijo sus últimas palabras: CONSUMMATUM  EST.  (Todo está consumado)

PATER IN MANUS TUAS COMMENDO SPIRITUM MEUM

(Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu).

Y dicho esto expiró.

Cristo de los Afligidos

Siente al mundo en su mano taladrada

bendiciendo la muerte que redime,

sin la amarga congoja que deprime a quien toda piedad es obligada

Llora el hombre, figura ensangrentada

por miedo a no ser El. La nada oprime.

Y por hombre en el acto más sublime

se hace culpa total divinizada.

Con harapos recubre sus dolores

con sonrisas devuelve los descaros

con la paz perdona a quien le ofende.

Lleva a cuestas su Cruz y sus amores

alza al Padre la nuestra, sin reparos.

Este es Cristo y su Cruz de la que pende.

Doblada junto al pecho la cabeza,

corona de tupida y ancha espina,

Tu cara dolorosa no declina

el trágico esplendor de su realeza.

La muerte no destruye la belleza,

semblante de indulgencia que adivina,

pues silencio que aturde e ilumina

anula de la muerte su crudeza.

Y es que gritas, callado, con tu vida

reunida en el espacio de un madero

maestra y redentora pero viva

No fue al cabo tu muerte una partida

sino un acto de amor tan vocinglero

que el silencio en palabra se deriva

Noche de Viernes Santo, procesión del Santo Entierro.

Hermandades y cofradías  acompañan a Cristo en su entierro, el sonido de las bandas suena más triste, cadenas arrastrando por el suelo, canto de saetas, luto en la tierra, tristeza infinita. Drama inmenso de la muerte de Cristo.

José de Arimatea con la ayuda de Nicodemo, le desclavan manos y pies y le bajan de la Cruz, para respetar el día santo de los judíos, (el sábado), Jesús envuelto en un sudario, fue sepultado a toda prisa.

Cristo Yacente

Santo Entierro,  los perfumes del amor están derramando lágrimas

sobre la muerte de Cristo y ante la desesperanza.

Ungüento de luna y cielo sobre la sangre, se abrazan,

buscando de Jesucristo esas rosas encarnadas

que le brotaron del pecho frente al rumor de una lanza

Están buscando los clavos, besando llaga por llaga

la extensa pasión suscribe y la muerte, se disfraza

de enterramientos ocultos entre las piedras del alma

José le presta el sepulcro, Juan entre tanto, le abraza

y María, dolorosa, le esta besando la cara

queriendo borrar heridas, por donde la muerte pasa.

¡Callad! Que Jesús “dormido” aunque no diga palabra,

Está redimiendo mundos y esta inspirando plegarias,

en el silencio discreto que al viernes Santo acompaña.

¡Callad! Que Jesús “dormido” vaga en sueños de esperanzas

No le enterréis todavía, que el Cristo que “duerme, ama

y amando espera en la noche, a la tercera mañana.

Su Madre, contempla toda la escena, su cuerpo soporta a duras penas su propio peso, su tristeza es infinita, su corazón esta desgarrado, ya no cabe más dolor en su alma.

Virgen de los Dolores

La madrugada se viste de terciopelo negro,

mientras, María, aparece en un trono engalanado

con guirnaldas de oraciones,  he iluminaria de llantos.

La madrugada se viste, de aromas de Viernes Santo,

y de plegarias y rezos  por el que va caminando

con María en la amargura, por la senda del Calvario.

La madrugada es encuentro, es delirio, es letanía,

susurros que traen lamentos de las horas de aquel día,

que regaron hasta el alma con el llanto de María.

María, que entre dolor, caminante y peregrina,

sellas las luces del alba, que a tu presencia, se inclinan,

por bendecir el amor, que florece y que germina,

entre las almas devotas, que tras tus pasos caminan.

Ella es la luz que amanece, ella es la brisa temprana,

Ella es canto y es poema, escrito en la madrugada

Que espera a Cristo Jesús con la luz de la mañana.

Ella es madre dolorosa, engarzada en el encanto

de las gentes que la siguen, llorando su mismo llanto

mientras los cielos anuncian, el dolor del Viernes Santo.

Se ha cumplido la voluntad de Dios, Cristo a muerto.

Su Madre, aunque rodeada de los más íntimos, se siente sola, ya no caben en ella, más amargura, más dolor, la soledad la envuelve con un negro velo.

Virgen de la Soledad

Aquí estás, Madre, Sola entre la gente,

herida por la triste desventura,

No hay nadie que acompañe tu amargura,

por la solemne ruta penitente.

No te queda ni llanto, no te queda

ni una lágrima solo en la mejilla,

pues partiendo el ramal de tu semilla

ya te han dejado sola en la vereda.

Que se ha cumplido en dios la profecía

para secar las aguas de tu llanto,

y ante la amarga luz del Sábado Santo

sólo llevas dolor por compañía

Más, Quien fuera camino en tu camino

ardiente resplandor de luna llena,

Quien fuera corazón ante tu pena

por guardar la espada de tu sino

Quien pudiera seguir tu singladura,

o hacerse amigo fiel por el sendero

Quien pudiera ofrecerte el pecho entero

para tus siete espadas de amargura.

que solo así, bebiendo de tu fuente,

compartiendo, María, tu desvelo,

podrá llegar a ser, bajo tu cielo,

corona y corazón sobre tu frente.

Domingo de Resurrección.

Todo es alegría, Jesús ha resucitado.

El Domingo de Resurrección o de Pascua, es la fiesta más importante para todos los creyentes, ya que con la Resurrección de Jesús, es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.

La Resurrección del Señor nos abre las puertas a la vida eterna, su triunfo sobre la muerte es la victoria definitiva sobre el pecado.

Cristo sobre la muerte se levanta,

Cristo sobre la vida se incorpora,

mientras la muerte derrotada llora,

mientras la vida vencedora canta.

Cristo sobre la muerte se agiganta,

Cristo sobre la vida vive ahora,

mientras la muerte es muerte redentora,

mientras la vida es vida sacrosanta.

Este ha sido mi pregón.

He querido compartir con vosotros, lo que creo que deben ser nuestras hermandades y cofradías y cuál debe ser la actitud del cofrade como cristiano comprometido con el mensaje del Evangelio.

Dispongámonos a vivir otra Semana Santa, preparemos nuestra alma y nuestro corazón para acompañar a Jesús en el misterio de su Pasión, Muerte y Resurrección.

Y recodad, vivir de acuerdo con el evangelio merece la pena. Vivirlo a medias carece de sentido, y lleva a perder la fe al querer inventar una religión y una moral a nuestra medida.

Vivamos la Semana Santa como verdaderos cofrades, como verdaderos seguidores de Cristo, en definitiva, como verdaderos cristianos.  No permitamos que la superficialidad  y  folklore de estos días nos distraigan de nuestras obligaciones de cristianos. Acompañemos con seriedad a nuestras imágenes, guardemos silencio, y reflejemos el dolor de Cristo en nuestras vidas diarias.

Antes de terminar, quiero permitirme la licencia de hacer en voz alta una reflexión personal:

Si queremos cambiar algo, si realmente queremos mejorar y engrandecer aun mas nuestra semana santa, que sea desde el consenso, que todas y cada una de las opiniones sean tenidas en cuenta, no desnudemos un santo para vestir a otro, que las tradiciones, no se quitan, se renuevan, y sobre todo tened en cuenta que, la Semana Santa no la hacen grande los tronos e imágenes, la hacen grande las personas.

No quiero cansaros mas, solo me queda en primer lugar, dar las gracias a todas aquellas personas (que han sido muchas,  y sería muy largo nombrarlas a todas), que me han prestado sus ideas y sus poesías para hacer este pregón, y en segundo lugar a todos los presente por su paciencia.

Quiero terminar con unas palabras del Papa Francisco:

Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.

Feliz Semana Santa. He dicho.

 

Presentación del pregonero

Presentación a cargo de Ana Fernández Conde

Buenas tardes a todos y todas,

Me ha tocado la grata misión de presentar al que va a ser el pregonero de la Semana Santa 2017. Como ya sabéis se trata de Jesús Fernández-Baillo Mateos de Arriba.

Jesús no necesita mucha presentación porque es muy conocido en nuestro pueblo, ya que es una persona activa y comprometida con nuestra comunidad. Como orgulloso herenciano que es, le gusta participar de los acontecimientos culturales y sociales que tienen lugar en nuestro pueblo, y como muestra de ello es que por ejemplo a pertenecido a asociaciones de carnaval, actualmente pertenece a la asociación de amigos del vino, también participa en los clubes de lectura de la biblioteca municipal. Incluso, se ha involucrado políticamente siendo actualmente concejal del Partido Popular. Y por supuesto, ha estado siempre muy comprometido con todo lo relacionado con la Semana Santa de Herencia. Pero no está de más que recordemos algunos datos de nuestro vecino.

Jesús, actualmente felizmente casado y con dos hijos, nació en Herencia a finales de Julio de 1961. Desde su niñez, ha estado muy vinculado a la ermita / barrio??? de San José por motivos familiares, y a San Antón por su lugar de nacimiento.

Con tan sólo tres años, ya era hermano de la Cofradía del Santo Entierro. Y cuando uno vive con tanta pasión el acercamiento a nuestro Cristo Yacente desde tan pequeño, es casi inevitable que ese sentimiento de pertenencia a la Cofradía se multiplique y haga que se involucre de manera personal en proyectos que sirvan para enaltecer la figura de nuestro Titular. Por este motivo, durante diez años, ha sido vocal de la Junta del Santo Entierro, y secretario de la Cofradía desde 1.999 hasta 2015.

Durante este periodo, las aportaciones de nuestro pregronero, junto con sus compañeros de Junta, han sido numerosas y muy importantes. Así, siendo él secretario se dio inicio al que quizás sea uno de los actos más emotivos de la Semana Santa de Herencia, el besapié del Cristo Yacente, que por cierto celebra su décimo quinta edición el próximo miércoles 12 de abril a las ocho y media de la tarde en la Parroquia.

Con él se tomaron importantes decisiones como sacar la Cruz que acompaña a la Cofradía en su procesión del Jueves Santo. Numerosos han sido los actos de exaltación del Cristo Yacente, consiguiendo por ejemplo que el Ayuntamiento de Herencia colaborara con la Cofradía con una coral para la misa por sus difuntos. Además ha participado de manera activa en la organización y desarrollo de la Semana Santa de Herencia, ya que ha sido representante del Santo Entierro en la Junta de Hermandades y Cofradías durante doce años.
Muy vinculado a la Iglesia, también ha colaborado durante varios años en el periódico parroquial con varios escritos. De manera personal, destacaría las sentidas palabras que ha profesado durante muchos años en el acto del Besapié del Santo Entierro, y que he tenido el gusto de poder compartir con él, y que a mi me han llegado a emocionar.

Por eso, estoy segura de que el pregón de hoy no va a dejarnos indiferentes, porque cuando las palabras salen del corazón, cuando se pone el alma en lo que uno cree, cuando se está en sintonía con lo que significa la Semana Santa, necesariamente lo que se dice tiene que llegar directamente a los corazones de los que escuchan. Y eso es lo que va a pasar a continuación en este pregón que nos regala Jesús Fernández-Baillo Mateos de Arriba. Un aplauso para él.