Real e Ilustre Cofradía del Stmo. Cristo de la Columna, Ntro Señor de los Afligidos y Stma. Virgen de la Soledad

Solamente quien se ha acercado al Barrio de San Bartolomé con los últimos rayos de sol del Jueves Santo ha visto a la luna inmóvil sobre la blanca espadaña que corona la puerta de la Gloria, la puerta que poco tardará ya en abrirse para ofrecer a Herencia el dolor más hermoso de una Madre que implora al cielo sufrir en Soledad, pero que nada le pase a sus hijos, a los que apostados en cada rincón de la plaza del Apóstol la miran y la acompañan en su llanto.

Un revuelo de capas blancas, de esperanza flagelada y consuelo mercedario comienza a vestir las calles aledañas pasadas las diez y media de la noche, como si un cónclave de palomas de la paz se congregara al tañido de la campana de la devoción. Es entonces cuando en vuelo ligero se inicia el camino que tiene como horizonte las torres hermanas, la cúpula samaritana que alivia la sed del pueblo de Herencia. El Convento de la Merced abre sus puertas de par en par para liberar una bocanada de Consuelo que llegue a los corazones de todos. Y es él, el Cristo Redentor de la Merced, el Consuelo de los Cautivos Cristianos, el hijo de la Excelsa Patrona, el Cristo de la Reja quien pisa el primero la calle proclamando en la gloria de la plata que lo calza que comienza la “madrugá” de la Pasión.

Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo
Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo – Cristo de la columna

La estela de espuma que dejan las capas se resume en la penitencia y austeridad más extrema, en un luto de rigor de noche que pincela la luz de las farolas y aboceta las sombras de la muerte y el tormento ceñidas con la aspereza de la hiel trenzada en apretura de esparto y sonido de cadenas que se arrastran. No hay gallo que cante ni aurora que se atreva, si acaso el arrepentimiento de la voz queda resuelto en una saeta, en la oración viva del sentimiento, porque el mundo enmudece y se paraliza ante la muerte majestuosa y a la vez serena que, en sublime gesto de humillación, pende de una cruz de madera. El Señor de los Afligidos camina con la misma paz que un niño duerme en la cuna, ha muerto y en su rostro se adivina tan solo la calma. ¿Dónde quedó la turba que gritaba? ¿Dónde la calle rebosante que agobiaba la Gracia del mismo Dios que ahora descansa? Es el signo de la Redención llorado, llorado por la Madre que tras sus pies camina, que nunca llega a tocar el Calvario porque va el Calvario se instalado en su alma.

Cuando la Virgen de la Soledad cruza de rodillas el umbral de la puerta del Santo, la emoción se deshace en palmas que, de sordas y desmesuradas, agravan el silencio de sus ojos. A voces de ¡Guapa! se levanta al cielo y comienza a caminar con un andar tan propio que no hay otro igual en toda la Semana Santa. Decidida, firme y con valentía de Reina sale de la ermita para conquistar al pueblo. No preguntes al devoto dónde va, por qué se apresura en la angostura de las callejas del barrio. Si es de noche irá a los arcos del Casino, para verla pasar de nuevo de rodillasy contener el por si al respirar rozara su corona con las bovedillas; si es de día, a la puerta del Convento, a verla levantarse y bendecir la hora en que su hijo bendito se asoma al pretil para decirle: Madre, mírame. Y bailará la danza de la muerte bajo las estrellas que al mediodía salen del lamento de una trompeta que gime las notas de la saeta desde el puente que será primavera de amor y abril de pétalos sobre su manto.

Cómo vibra el azul sobre los ojos del Hijo de Dios que implora en su realeza la misericordia de los hombres. Cómo vibra la piel morena del Dios cautivo en un patio de columnas cuando el latigo rasga la sangre sobre sangre. Las promesas que caminan a su paso lo hacen sabiendo que fue uno de los primeros rostros que Herencia vio sufrir en su Semana Santa, la imagen del Señor que congregó en sus filas de nazareno el entusiasmo de jóvenes que confesaban su alma bajo el capirote rojo y la capa blanca. Señor de la Columna, que has congelado el instante para hacer de tu barrio y de tu pueblo un palacio de martirio en la entrega del Amor.

Virgen de la Soledad
Virgen de la Soledad

Historia

La Ermita de San Bartolomé, según los datos históricos pasa a ser la más antigua de la localidad. Ya en el siglo XVI está considerada como “antigualla” por lo que su creación se remonta a esta fecha.

La Hermandad fue fundada en los primeros años de los cincuenta. Al principio solamente bajo la advocación del Cristo de la Columna, pero en 1957, al traer la imagen del Cristo de los Afligidos, se completó la denominación de la Hermandad. A finales de 1999 es traída como complemento del paso la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

Desde su fundación hasta nuestros días ha sido una Hermandad con altibajos en su importancia social. Fue en sus inicios, una Hermandad que contaba en sus filas con un número muy elevado de hermanos que participaban como nazarenos en las procesiones de Semana Santa. Sin embargo este auge ha ido variando a lo largo de los tiempos.

Desde 1999, la Hermandad experimenta un nuevo empuje, con la constitución de una nueva Junta de Gobierno, y el apoyo de jóvenes que con sus inquietudes buscan el desarrollo de la cofradía, consiguiendo fomentar la importancia social de la Hermandad a través de la Semana Santa.

La Hermandad

Hermandad del Cristo de la Columna, Nuestro Señor de los Afligidos y Virgen de la Soledad.

Sede Canónica: Ermita de San Bartolomé (El Santo), Herencia Ciudad Real.

Titulares: Santísimo Cristo de la Columna, Nuestro Señor de los Afligidos y Virgen de la Soledad.

Presidente: Pedro Almoguera

Acompañamiento musical:

  • Banda CCTT del Santo con el Cristo de la Columna.
  • Antiguos tambores de la Soledad con Afligidos en la Procesión del Santo Entierro y Banda CCTT del Santo Entierro en la Procesión de los Siete Santos.
  • Agrupación Musical Santa Cecilia con la Virgen de la Soledad.

Vestidor: Antonio Martín Viveros.

TÍTULOS RELACIONADOS CON LA HERMANDAD
Presidenta honorífica: Inmaculada Concepción (Patrona de Herencia).

CULTOS QUE REALIZA LA HERMANDAD
La Hermandad, pese a ser fundada como cofradía de Pasión, también organiza, junto con la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María los actos litúrgicos de otras advocaciones que conforman la riqueza cultural de la Ermita de San Bartolomé. Actualmente, se celebra el novenario por Santa Gema, por la Virgen de Lourdes y el Triduo, Función Religiosa y Procesión por San Bartolomé (Titular de la Hermandad). También se celebra en la Iglesia de la Inmaculada Concepción el besamanos de nuestros titulares de Pasión.

ICONOGRAFÍA
El primer paso representa la Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo, y está compuesto por la imagen del Santísimo Cristo de la Columna, que lleva potencias sobredoradas, un romano con lanza y un verdugo con látigo. Todas son imágenes con vestiduras talladas. La advocación al Cristo de la Columna ya existía en Herencia con anterioridad; de hecho existía en la misma ermita otra imagen similar a la actual, pero que en los tumultuosos años de la Guerra Civil fue retirada por su propietaria Doña Enriqueta Fernández Paniagua, quien se trasladó a la localidad vecina de Las Labores y en 1945 la donó a esa población. Hoy esa imagen se venera procesionando en la Semana Santa de ese pueblo.

El segundo paso representa al Crucificado tras haber expirado. Lleva potencias sobredoradas, siendo la Cruz de madera. La imagen de Nuestro Señor de los Afligidos se adquirió en 1956 a la empresa de arte religioso José Rabasa Pérez (Valencia).

Este segundo paso, lo completa La Virgen de la Soledad, tallada en 1999. Lleva en sus manos corona de espinas y rosario; en el pecho puñal y corazón dorado. Desde la Semana Santa de 2001 lleva sobre la cabeza corona en metal sobredorado, realizada por la orfebrería de Don Ramón Orovio (Torralba de Calatrava). Viste manto negro con bordados dorados sobre mandil blanco bordado con hilo de oro.