Pregón Semana Santa de Herencia 2018

PREGÓN DE SEMANA SANTA – HERENCIA 2018

ANGEL MARTÍN-FONTECHA GUIJARRO – 24 DE MARZO

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PADRE NUESTRO que habitas en la muerte
que en Semana Santa conmemoramos
sabiendo que a ella todos iremos
con la esperanza puesta en que vendrás
a rescatarnos luego con tus manos.

Padre Nuestro que habitas esta muerte
que todos algún día moraremos,
hoy bendigo la dicha de nombrarte,
de pregonar tu nombre en el silencio,
mientras se van tornando nuestros labios
establo donde Tú naces de nuevo.

Permite que gocemos en esta tierra
de la Gracia celeste de tu Reino;
y danos fuerzas para que en Herencia,
con nuestras manos cada día cultivemos
y hagamos germinar en nuestro mundo
la semilla de amor de tu Evangelio.

Que tu voluntad se cumpla cada día,
aunque a veces, Señor, no comprendemos
las inclinadas líneas con que escribes
tus divinas razones y argumentos,
los difíciles lazos con que amarras
tus cosas en la Tierra y en el Cielo.

Dales tu pan de vida a nuestras casas,
y no nos falte nunca el alimento,
la rubia bendición de los trigales,
el mosto redentor de los viñedos,
frutos de nuestras manos y tu gracia,
que a tu carne, después, darán sustento
cuando sean alzados una tarde
para hacerse divino Sacramento.

Perdónanos, Señor, nuestra malicia
pues a diario herimos y ofendemos,
y, a base de injusticias y omisiones,
te clavamos de nuevo en el madero.
Perdónanos, Señor, pues si nosotros
lo hacemos con los que nos ofendieron,
cómo no lo harás Tú, cuando Tú eres
el Amor entregado vivo y pleno.

No dejes que tomemos los caminos
que emanan –tortuosos- del sendero
y nos van alejando de gozarte
creyendo que ésos son los verdaderos.
Y líbranos, oh Dios, de todo mal,
que no nos entretengan sus enredos,
que no nos cieguen nunca sus encantos
disfrazados con pieles de cordero.

Condúcenos, Señor, hasta la Vida
y haz que un día contigo la gocemos,
cuando vengas, Señor, para llevarnos
a la eterna morada de tu Cielo.
Y, hasta entonces, por todo y para todo,
tu Caridad nos dé su paz y aliento.

(Adaptación del poema de Lutgardo García Díaz)

1. INTRODUCCIÓN

SEÑOR CONSILIARIO Y CO-PÁRROCOS DE HERENCIA SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA PERMANENTE DE HERENCIA HERMANOS MAYORES Y JUNTAS DE GOBIERNO DE LAS DISTINTAS HERMANDADES DE HERENCIA MIEMBROS DE LA JUNTA PERMANENTE DE SEMANA SANTA DE HERENCIA EXCELENTÍSIMAS AUTORIDADES CIVILES MIEMBROS DE LA CORPORACIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE HERENCIA
COFRADES Y HERMANOS DE LAS DIFERENTES HERMANDADES QUERIDA FAMILIA Y AMIGOS QUE HOY ME HABÉIS QUERIDO ACOMPAÑAR.
SEÑORAS Y SEÑORES.

Hay cosas que algunas veces hacemos por compromiso, por quedar bien o por obligación, pero otros aconteceres se hacen con total satisfacción, con el mayor gusto del mundo y, sin exagerar, hasta con un poco de orgullo.
Y precisamente esto es lo que siento en estos momentos, en el que inicio este pregón, que me fue encargado hace un tiempo.
Y me honro y me siento orgulloso de ser la persona elegida para esta delicadísima misión.
Y aquí estoy deseando clamar a los cuatro vientos la llegada de la Semana Santa en Herencia.
Cómo la viven y la sienten las seis cofradías que la forman, convirtiendo a las calles y el Tempo de Herencia, en estos días, en el marco de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Por la evolución de la Semana Santa en Herencia, este Pregón no es sino un acto más de los múltiples eventos anticipados, organizados por las diferentes hermandades, que desde hace un tiempo se van sucediendo en nuestra localidad. Exaltaciones, besamanos y besapiés, pregones de vísperas, septenarios o triduos, eucaristías y vía crucis, conciertos, semanas cofrades, presentación del cartel y libro guía, …
Herencia así, se va llenando de sentidos anuncios anticipados de la Semana Santa, y ahora ya en la víspera del Domingo de Ramos, este pregón que espero, de corazón, pueda representar los sentimientos que todos los amantes de la Semana Santa en general, y la Semana Santa de Herencia en particular, compartimos y, en estos días, salen a flor de piel.
E insisto es para mí un gran orgullo ser pregonero de la Semana Santa de mi pueblo. Con todo ello, os ruego benevolencia si mis torpes palabras no son capaces de expresar toda la grandeza y hondura que tiene nuestra Semana Santa o si mis opiniones no son compartidas. Lo que diré lo hago desde el cariño y la pasión, y a veces lo reconozco la vehemencia con que siempre he defendido mis opiniones, como bien saben los que han compartido conmigo, hace ya algunos años, reuniones y asambleas en mi Hermandad, la Junta Permanente o en cualquier otro foro semanasantero.
Pero sólo son eso, mis ideas, a veces acertadas, a veces dichas a destiempo y a veces expresadas donde no debía. Pero que han nacido en mi corazón, desde lo que a mi entender es buscar la verdad entre todos, donde todas las ideas tienen expresión y un lugar para ser oídas vengan de donde vengan.

Van clavados tres claveles
bermejos de atardecer,
en las manos vendimiadas
y en las cepas de sus pies.

Y un manantial de agua y vino
es ahora borbotón de hiel,
que envuelve su mansa sombra
con muerte sobre su piel.

Un retablo de amargura
se retuerce sobre él
y le cubre la figura
como un inmenso mantel,
donde se come su carne
Sacramento de la fe.

Van naciendo pesadillas
como frutos de dolor,
como grumos de silencios
y viñedos de calor,
y levaduras amargas
por el camino de Dios.

Y van las sendas torcidas
donde rectas quiero yo,
y las razones perdidas
y es todo contradicción…
Y la ebriedad es cordura,
y la locura es amor.

Sólo le quedó un aliento
para perderlo en Perdón.

Semana Santa es el tiempo…
Herencia vive en pasión.

Del Padre Jesús Viso.

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2. HISTORIA

Permitidme que una parte de este Pregón sea para hacer un breve esbozo histórico de la Semana Santa en nuestro pueblo, en Herencia. Y lo hago como amante que soy de la historia local, pero también con el trasfondo de intentar que nos demos cuenta, todos, que la tradición que en estos días ponemos en escena es algo heredado de siglos
Las Cofradías y Hermandades de Semana Santa no nacieron por generación espontánea, sino que necesitaron de un clima teológico y devocional propio.
Han sido dos mil años en los cuales el cristianismo ha intentado buscar imágenes para alabar en ellas lo que representó la Pasión de Cristo. El gran problema era el temor a caer en la idolatría e imitar a los romanos en su politeísmo. Es en ese momento cuando se empezó a definir un culto que fuera concreto, un culto que se centró en un instrumento: la CRUZ. Un elemento que es símbolo y redención.
Es en la Edad Media, cuando aparecieron plenamente, o casi, las procesiones formadas por la imagen de la Cruz y la de Cristo crucificado. Estas procesiones convivían con las llamadas representaciones paralitúrgicas, que se hacían tanto dentro de la iglesia como en su atrio. Años de motetes y música sacra como la que hoy ameniza este momento.
El siglo XVI es el siglo de la aparición y expansión de las Cofradías de Semana Santa o de Pasión. Son el resultado del movimiento reformista que busca un cristianismo más auténtico desde el comienzo de ese siglo.
En 1575, en las Relaciones de Felipe II, que fue un cuestionario que se solicitó a todos los pueblos de España, a la pregunta 36 sobre los edificios religiosos, se comunicó desde Herencia la existencia de una Iglesia en esta localidad, la ermita de la Concepción (antigua Iglesia ya existente en el siglo XIII). Pues bien, en esta iglesia vieja se hallaban una serie de imágenes pertenecientes a los cofrades de la Veracruz. Es este el dato más antiguo existente sobre una cofradía o hermandad herenciana puramente de las llamadas “de pasión”.
La Cofradía de la Vera Cruz, dedicada a la exaltación de la Cruz, fue el motivo que reunió a numerosos laicos devotos con el deseo sencillo, austero, íntimo, de imitar a Jesús e imitarle en su Pasión y Muerte.
En el año 1677, la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia llegó a Herencia, siendo su culto muy arraigado desde entonces.
De finales del siglo XVII o principios del XVIII sería la imagen de la Virgen de los Dolores, cuya cabeza es la misma que hoy vemos procesionar en la semana santa herenciana.
De la primera cofradía herenciana, la ya citada de la Veracruz, conocemos datos hasta el siglo XVIII, y no se puede datar su desaparición, posiblemente en ese momento histórico derivó en la que fuera denominada Hermandad de Jesús Nazareno; pues en el siglo XVIII tenemos conocimiento de la existencia de ésta como única cofradía de pasión en Herencia.Esta cofradía exigía a sus miembros cuatro maravedíes al mes y de sus fondos ayudaba a los pobres con dos reales diarios y acompañaba a sus hermanos fallecidos en sus entierros.
En 1744 tenemos la referencia del antiguo Cristo del Consuelo del Convento procesionando en el Domingo de Ramos de la localidad herenciana.
Hacia 1770 hay referencias de una imagen de Jesús Nazareno que se encontraba en la ermita de San Bartolomé, que también se llamaba Jesús de la Veracruz. Otras imágenes de pasión de finales del siglo XVIII eran la de Jesús de la Columna, Jesús de la Peña, el Descendimiento y la Virgen de los Dolores.
A mediados del siglo XIX, las hermandades y cofradías sufrieron una difícil etapa y muchas de ellas desaparecieron totalmente debido a la Desamortización de Mendizábal donde fueron expropiados muchos bienes de este tipo de asociaciones.
Desde finales del siglo XIX encontramos referencias en la prensa provincial de los MONUMENTOS que durante la Semana Santa se realizaban alrededor de los diferentes Sagrarios de la Iglesia, el Convento y las ermitas herencianas. Y así se decía que “una auténtica muchedumbre visita los Sagrarios, con gran orden y devoción, pasando por allí prácticamente toda la población”. De esta época también era destacado el miserere que se cantaba el Jueves Santo
Ya en el siglo XX, después de la Guerra Civil, aparece un nuevo ímpetu fundador o refundador de Cofradías de Semana Santa o de Pasión, y que constituye la herencia más próxima que hemos recibido.

Ya en el siglo XX, después de la Guerra Civil, aparece un nuevo ímpetu fundador o refundador de Cofradías de Semana Santa o de Pasión, y que constituye la herencia más próxima que hemos recibido.
Así:

➢En 1942, se refunda la Hermandad de Jesús Nazareno.
➢En 1947, se reorganiza la Hermandad del Cristo de la Misericordia.
➢En 1949, se renueva la Hermandad de la Virgen de los Dolores.
➢En 1953, se restablece la Hermandad del Santo Entierro.
➢Y en estos primeros años de 1950, también toma cuerpo la Hermandad del Cristo de la Columna y Jesús de los Afligidos.

También en la década de los años 50 del siglo XX se funda la Junta Permanente de Semana Santa para la organización de todo lo relacionado con las celebraciones en Herencia. Precisamente en 1956 esta Junta trajo a Herencia el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén (nuestra “borriquilla”).

Como manifestación de lo viva que está la tradición de la Semana Santa en nuestra localidad, ya en el siglo XXI, en 2007, se funda la Hermandad de Jesús de Medinaceli.

Y así, de hace 60 y 70 años numerosos personajes, hombres y mujeres de Herencia, fueron consolidando una tradición que hoy, con más o menos transformaciones ha llegado hasta nosotros.

A algunos de los presentes, aquellos personajes les sonarán por ser descendientes de los mismos; a otros sólo les sonarán por conocer la historia particular de su Hermandad, y a muchos, estos nombres ya no suenan de nada.

Pues aquellos herencianos fueron los que iniciaron el sentir cofrade que ha llegado hasta nosotros, y de los que somos herederos.

Escucha Herencia,
el susurro de quien te habla,
paz, serenidad, abrazo hermano,
luz y sombras te dan la mano.
Silencio en el recorrido,
sentimiento sobrecogido,
paso a paso,
pisada a pisada,
el corazón se engrandece y exalta.

Mira con fervor,
a tu imagen venerada,
historia, tradición,
pasión, angustia y dolor,
se reflejan en tu mirada.

Tristeza amarga y profunda,
brilla en la lágrima caída,
recogida por el herenciano,
en la semana grande de Herencia,
donde cada año tras año
las almas se enaltecen.

3.MI EXPERIENCIA

También es tradición, que el pregonero ahonde en sus recuerdos dentro de una Hermandad de Semana Santa.
Si hubiera que retroceder en el tiempo para buscar en mi infancia los primeros datos cofrades, tendría que retrotraerme hasta la edad de los cuatro o cinco años. Son recuerdos que seguro pueden hacerse extensibles a muchos de los aquí presentes que han tenido la suerte de vivir en una familia que mantenía las tradiciones recibidas de sus mayores y sus paisanos. Por aquella época, digamos por los años 70 del pasado siglo XX, nuestra Semana Santa tenía otro aspecto, otras luces y algunas sombras, muchas ruedas en los pasos, baterías de camiones para dar potencia a las primeras velas electrificadas, cucuruchos de cartón hechos en la imprenta de Pepe, ambiente muy familiar y un gran cariño por todo lo nuestro.
Como decía, por aquella época, y por seguir el ejemplo de mi padre, me hicieron una túnica de los negros, aunque mi padre fuese del Cristo de la Columna, pero así salíamos en la misma hermandad y de la misma ermita. Recuerdo aquella primera túnica, con un bajo enorme para poderlo ir sacando durante años y poder aprovecharla durante mi estirón. Y, por supuesto, aquél primitivo cinto de esparto, que era el santo y seña de nuestro Cristo de los Afligidos.
Un niño, que los primeros años era reclutado por Jesusillo el de la Rumalda y junto con Miguel, ahora el de la Óptica, mi primer compañero de sentimientos cofrades, asíamos las cintas del estandarte de la cofradía en procesión desde el Domingo de Ramos.
Recuerdo los preparativos en aquellos primeros años, y el orgullo de mi abuela Mercedes viendo a su nieto vestido de nazareno. Desde luego quién se lo iba a decir a mi querida abuela que al final, aquel chiquillo hoy estaría aquí contándolo en un pregón de Semana Santa, siendo ella, junto con mis padres, y su devoción y fe, otra de las responsable del origen incipiente de una vocación cofrade.
No me podrán negar que la mayoría de todos los que somos cofrades nos hemos acercado al conocimiento de nuestra Hermandad desde la inocencia de la niñez. Quizá al principio con algunas irreverencias por falta del que llamamos sentido común, con la naturalidad de ver las cosas de la fe como normales y cercanas, con obediencia pero con familiaridad, para pasar del juego a lo serio y respetuoso, sin perder nunca lo usual y natural, querer y venerar las cosas que hacen que tengan un valor para siempre, no por lo material sino por lo que significan.

Éste es un compromiso que debemos aceptar los mayores respecto de los más pequeños y jóvenes: hay que acercarlos hasta las cosas importantes dándoles naturalidad, cercanía para que se familiaricen con ellas, sin imposición ninguna.No intentar mantener el arraigo cofrade a la fuerza, pues tarde o temprano, los argumentos se debilitan.
Así lo viví yo en mi casa, junto con mis hermanos Sagrario y Miguel, una vivencia llena de gestos, de pequeños momentos intensos, de testimonios silenciosos, y de libertad para que cada uno cogiera aquello que necesitaba para sus alforjas y se echara al camino.
Y así desde hace décadas conocí a otros cofrades de tradición que han sido referentes de nuestra Semana Santa durante décadas, y otros que desde su silencio han participado, año tras años, en las celebraciones de su pueblo. Hoy algunos de esos veteranos ya no están entre nosotros, y los que todavía viven, con sus reumas, sus achaques, algunos con su esfuerzo por venir al pueblo puesto que residen fuera de nuestra localidad, van dando el relevo generacional dentro de una ley natural o porque otros aires, otros esfuerzos, han ido apareciendo.
Como digo muchos ya no están entre nosotros, pero otros habéis tenido la deferencia de ampararme con vuestra presencia en este quehacer de pregonero. La mayoría sois ejemplo de poner el hombro de vuestro trabajo, entrega, generosidad y sobre todo de vuestra devoción. Los verdaderos cofrades son los que aman y quieren a su Semana Santa por encima de cargos, antigüedades o demás elementos añadidos.
Y así, durante muchos años procesionando como nazareno y luego como andero. Nazareno que pasaba por delante de los espectadores en una especie de anonimato orgulloso, sintiéndose sustraído de todo lo que le rodeaba. Recuerdo como me gustaba esperar, en la mañana del Viernes Santo, en la Esquina Marrera, a ver la confluencia de todas las hermandades. Ver como llegaba el Beso de Judas y, tras esperar a los juguetones monaguillos que llegaban con la cruz parroquial, se iniciaba la procesión. Luego seguía el Cristo de la Columna y el infinito fluir de nazarenos del Cristo de la Misericordia. Mientras estos pasos se incorporaban al desfile procesional los sones de las cornetas y tambores de “los moraos” nos anunciaban que Jesús Nazareno, la Amargura, San Juan, la Magdalena y la Verónica llegaban puntuales para agregarse a la tradición. Tras ellos mi Cristo, el crucificado, el de los Afligidos, y mi momento para organizar las filas nazarenas y que nuestra cofradía siguiera la procesión. Echando la vista atrás, la Virgen de los Dolores cerrando, un año más la denominada Procesión de los 7 Santos.
Así año tras año.

¿Dónde está el niño que fui?
¿Qué Semana Santa se marchó?
Las calles de Herencia se abrían
camino del Salvador.

En mudos escaparates
un instante se miró;
buscaba su blanco ayer
pero su ayer no volvió.

También quisiera aprovechar este momento para mandar mi recuerdo a mi Hermandad de toda la vida (“la del Santo”). Todos sabéis que ahora no estoy tan involucrado con ellos como antes, y en general con la Semana Santa herenciana, pero espero que no sintáis que me he alejado de vosotros y que sepáis que os tengo en lo más profundo de mi alma.
Y como no acordarme de los años, más de veinte, como Secretario de la Permanente. Permitidme un recuerdo para los tres Presidentes de la Junta Permanente con los que compartí labores de Secretaría, Olayo Martín-Consuegra, Francisco Fernández-Cañadas y Jesús Callejas. Con ellos
¡Cómo he visto cambiar la semana santa durante este tiempo!
La edición del Libro Guía “Herencia de Pasión”, un documento sublime donde se conjugaba la búsqueda de las raíces de cada cofradía, el abrir la esencia de todas las hermandades a todos, las participaciones de muchos herencianos…
¡Qué lástima que se pierda esa iniciativa!.

Me permití el honor de configurar el escudo de la Junta Permanente.
¡Qué orgullo verlo ahora tan integrado en la actividades de la Semana Santa!

Cómo se convirtió esa Permanente en el nexo de unión de todas las Hermandades herencianas, tanto las de Gloria como las de Pasión.

Y certámenes de dibujo para los más jóvenes, y una exposición cofrade y, repito, una constante búsqueda de las raíces de cada Hermandad, y una herencia excelsa con las participaciones de tantos personajes con sus reflexiones y aportaciones poéticas que han creado un fondo literario que animo a todos a releer y a degustar. Recuerdo aquellas “Brisas del Calvario” del herenciano Antonio Martín-Viveros como inicio de este quehacer literario, poesías del Padre Mario, de Enrique Mora, de Felipe Ortuno, de Jesús Viso, y tantos otros que han dejado una huella poética sin igual para la Semana Santa de Herencia y de la que me aprovecho para endulzar este Pregón con rimas salidas del corazón..

Es importante que la Junta Permanente no sólo sea el elemento organizativo de los actos propios de la Semana Santa, sino que se convierta en el verdadero motor de todo el movimiento cofrade local.
Cómo no acordarme del papel de las mujeres durante todo este tiempo. En Herencia he visto como la mujer ha pasado de lucir mantilla y de su callada labor en la confección de las túnicas y la puesta a punto de todo en el domicilio familiar, a incorporarse en todos los ámbitos de la Semana Santa: Incorporadas a las filas de nazarenos, formando parte de las Juntas de Gobierno, de las bandas de música, como anderas o costaleras… Incluso la Semana Santa de Herencia fue pionera teniendo a una mujer, María Jesús Mora, como pregonera de nuestra tradición.

Y esas mujeres entrañables. Las santeras de cada ermita. Como no acordarme de las del Santo, con las que he compartido vivencias tantos años: Ana, Antonia, Patro, Catala, Eugenia, Dominga… Cuántas anécdotas, cuanta dedicación, ¡Cuánta VIDA!

A todas las mujeres herencianas, que con sus puntadas, con la preparación de nuestros hábitos nazarenos, con ese olor y sabor que se respira en la elaboración de los dulces tradicionales, con el dolor que padecen por sus hijos, con sus rezos detrás de nuestros cristos y vírgenes, han mantenido vivo nuestro espíritu cristiano y cofrade. Gracias a ellas continúan arraigadas costumbres y creencias.

Y a tantas que no se dejan ver, que van rezando en silencio, sin que nadie escuche sus rezos, que llevan esa pesada cruz de cada día sobre sus hombros, que van pidiendo a su Cristo o a su Virgen por sus seres queridos, gracias por todo lo que nos han dado y por estar siempre ahí.

Ahora, permitidme, quisiera tener un recuerdo especial, a mi ejemplo de cofrade de toda la vida, como lo fueron y lo son, y lo sois, tantos otros. Se trata de mi padre (Gracias a Dios, aquí presente). Cofrade desde pequeño y ligado a una Hermandad a la que llegó a presidir. Su actividad siempre, sin grandes aspavientos, sin intentar ejercer una postura magisterial o impositiva. Como él, tantos que con su testimonio personal, con su constancia, con su respeto y cariño, con su silencio, han ido transmitiendo lo que aprendieron, con fidelidad, durante 60 años dejando caer lentamente, como la pequeña gota de agua que va horadando la piedra más dura, su modelo de ser cofrade. Así es otro ejemplo de cómo se da paso a las nuevas generaciones.
Sólo lo que se hace con el corazón entregado y se transmite con respeto y cariño es lo que verdaderamente cala en las personas, en especial aquellos que están en el proceso de crecimiento y maduración.

Cristo-crucificado

4.CRISTO

Pero, evidentemente, la Semana Santa no es sólo la actualización anual de un valioso recuerdo histórico mediante manifestaciones religiosas y, más o menos, populares. NO.
La Semana Santa encierra un sentido mucho más profundo: CRISTO
En muchos pregones, por la naturaleza del pregonero, se abarcan cuestiones teológicas para ensalzar las vivencias que rememoramos durante la semana santa. Disculpadme que me despegue de tal empeño pues no me considero capaz de tal atrevimiento.
Como mostré en la primera parte de este pregón, nuestra Semana Santa y, por tanto, nuestras hermandades están llenas de momentos importantes, emotivos, a veces trascendentales, e incluso algunos que hacen historia. Sin embargo, hay otra historia. Esa historia que sólo conocen unos cuantos, la historia de los hechos emotivos, la vida cofrade del día a día, la de las lágrimas y a veces la impotencia cuando las cosas no salen como queremos y esas grandes dificultades que se han tenido que superar.
En aquellas décadas de mediados del siglo XX nos encontramos a aquellos primeros grupos de devotos que se organizaban, y de entonces nos han llegado nombres, fechas, lugares y acontecimientos que dieron lugar a los cimientos de nuestras hermandades, y que tras seis o siete décadas parecen ir diluyéndose. Leía en la edición de este año del libro guía editado por la Junta Permanente que era necesaria la actualización de la Semana Santa herencia, no sólo de la cuestión formal, sino de muchos más aspectos debido “a la falta de compromiso o por falta de interés” de algunos de los elementos que habían sido parte fundamental en el desarrollo de la Pasión herenciana.
No seré yo quien rechace la necesidad de un cambio. Hoy en día, se ha de ser creativo y poner todo el esfuerzo para mirar con garantías al futuro. Dejar de vivir de rentas del pasado para poder coger el toro por los cuernos, al toro del presente. Y digo bien, porque hoy no lo tenemos nada pero que nada fácil, no ya ser cofrades, sino ser cristianos.
Hoy tenemos que ser capaces de recuperar la ilusión de los fundadores y el entusiasmo que tuvimos hace unos años, donde los esfuerzos y trabajos eran agotadores pero la ilusión y la devoción lo eran mucho más. Ahora tenemos que ser capaces de descubrir nuevos cauces para seguir expandiendo y extendiendo nuestra devoción y el amor por nuestros titulares.

Pido que hagamos todos, con todos quiero decir todos los participantes de nuestra Semana Santa: los cofrades veteranos, los que empiezan, los que sólo ven los toros desde la hace barrera, los que el desaliento los apartó del camino (aquí me encuentro yo), los miembros de la Permanente, los que dirigen las hermandades, los directores espirituales, los costaleros y anderos, los nazarenos, los músicos …Pido que hagamos un ejercicio para reflexionar sobre cuál es la Semana Santa que dejaremos las nuevas generaciones.
Pero es hora de dejar a un lado algunas cosas:

  • Dejar a un lado la Semana Santa de la intolerancia, que no sabe aceptar la opinión del otro porque simplemente es diferente a la mía.
  • La Semana Santa del fanatismo y de la competitividad en ver quién es la mejor cofradía en la calle.
  • La Semana Santa de la envidia.
  • La Semana Santa de la crítica cruel, destructiva y despiadada; ahora con nuevos caminos como son las redes sociales.
  • La Semana Santa con el inmovilismo de ciertas personas que se creen imprescindibles.

Ser nosotros mismos, afrontar nuestras carencias y errores, no es de personas débiles sino de personas realistas que se enfrentan a las dificultades con sencillez y humildad. Lo otro sería puro fariseísmo e hipocresía.
Nuestra Semana Santa necesita hoy de cambios, por supuesto, pero también de grandes dosis de humildad, realismo y de asentar unos cimientos muy necesarios para afrontar el futuro.
Sólo si somos capaces de adaptarnos a los signos de los tiempos, si no somos capaces de afrontar nuestras carencias y trabajar juntos en superar nuestras flaquezas,podremos dejar un buen futuro a las próximas generaciones cofrades. ¿Qué SemanaSanta dejaremos a quienes ya vienen prestando oídos y sensaciones?
Este es el mensaje de mi Pregón: ¿qué estamos haciendo ahora para dejar una profunda y arraigada Semana Santa a nuestros jóvenes cofrades de Herencia?
Mi deseo más hondo es que, cuando dentro de 15 o 20 años, esos jóvenes, algunos de ellos aquí presentes, se tomen la molestia de releer estas palabras, se le dibuje una sonrisa y diga que la cosa ha cambiado mucho, para bien, desde entonces.

Hoy nuestro mundo, nuestra Herencia,
no precisa de cofrades conformistas,
ni cofrades que se oponen a los cambios,
ni cofradías asentadas en la indiferencia.

Herencia no quiere hermanos de las grandes palabras,
ni cristianos de recetas y mentiras.
Es absurdo hablar de cofrades que se odian,
de cofrades que oprimen a su prójimo
de cofrades que no alientan la libertad.

El Dios de nuestra fe nació en una cueva: era judío;
fue perseguido y caminaba errante por Palestina,
se hacía acompañar por gente del pueblo;
daba pan a los que tenían hambre,
luz a los que vivían en tinieblas,
libertad a los que suplicaban justicia.

El Dios de nuestra fe coloca al hombre por encima de la Ley,
y al amor en lugar de las antiguas tradiciones.
No tenía una piedra donde reclinar su cabeza
y se confundía con los pobres.

El Dios de mi fe trae una corona de espinas,
viste una túnica teñida de sangre,
y le van abriendo el camino del calvario
donde muere entre ladrones, en una cruz.
El Dios de mi fe no es otro sino el hijo de María,
Jesús de Nazarat.

Que todos los días sigue muriendo crucificado:
por nuestro egoísmo,
en el sufrimiento de tantas mujeres,
en el asesinato del joven Gonzalo,
en la pobreza de nuestro prójimo,
en los ancianos que viven en soledad;
cuando vendemos nuestros ideales
por tan sólo treinta monedas de plata,
cuando fomentamos infundios e injusticias,
cuando negamos por vergüenza y cobardía,
cuando privamos a nuestro hermano el perdón.

Y aún teniendo la esperanza
de nuestra resurrección,
somos nosotros los responsables de este mundo,
debo ser cofrade garante de nuestra sociedad.

5.LA CARRERA OFICIAL

Y así llegamos a esta edición histórica de la Semana Santa en Herencia. A lo largo de estas últimas décadas nos hemos ido haciendo en nuestro vocabulario semansantero con términos como anderos, varales, llamador, levantá, mecía, capataz, costal, respiradero, canastilla, chicotá,… Pero en esta edición un nuevo término empezará a hacerse familiar entre nosotros: LA CARRERA OFICIAL.
Semana Santa de expectación en Herencia por unos cambios procesionales que deseo sirvan para engrandecer esta fiesta tan especial.
¡¡Quién me iba a decir a mí que pregonaría la Semana Santa en el año en el cual se cambiará su estructura, después de pasados intentos baldíos!!
Y los desfiles procesionales toman las calles de nuestro pueblo.
¡Qué pena mi Cristo del Consuelo! No verte en los desfiles procesionales en el meollo de la Semana Santa herenciana. Recuerdo cuando lleno de gozo hace más de una década te llevé en tu trono junto con la Banda del Santo y algunos nazarenos a la Plaza de San Bartolomé para iniciar unos desfiles procesionales inmersos en la Hermandad. Hace una semana, Herencia te contemplo por sus calles en el emotivo Vía Crucis de la Redención.el 16 de marzo.

Señor, que tras la reja, en la Capilla
que acoge el corazón de quién se llega,
das tu Consuelo y viertes en sus vegas
la calma que desborda en tus orillas.

El Convento es jardín de flor y arcilla,
alfarero del alma, y andariegas
las alas de la fe que Herencia entrega
al dintel de esta humilde puertecilla.

Las manos amarradas, bien parece
soberbia de quien quiere a Dios atado,
aunque sabe que Dios no lo merece.

Mercedario cautivo y cautivado
de arte y la belleza, que más crece
cuanto más el silencio te ha abrazado.

(Poema de Antonio Martín-Viveros)

Hace tan sólo unas horas, la primera procesión en Herencia de esta Semana Santa.
El Viernes de Dolores, se hace en Herencia dramático en un anticipo a la Liturgia y a la Historia.
El primer palio en la calle, aunque la lluvia hiciese acto de presencia, las ilusiones intactas, los sueños alcanzados, la espera terminada. María nos colma de bendiciones con su presencia en el Viernes de Dolores inundando de Madre las calles.
Virgen de Dolores, bendita luz que tornará sus lágrimas y fruncido ceño en rostro cargado de esperanzas.

Madre Dolorosa
de Herencia Señora,
tu cara tiene el blancor
lo mismo que la azucena,
pues el sol se arrodilla
ante tu porte de reina,
por no sonrojarte el rostro
ni dejar en ti su huella.

En nuestras vidas siempre Tú,
dándole a Herencia grandeza,
apaciguando las almas,
endulzando las penas,
infundiéndole a tus hijos
la alegría de tu presencia.

Y a partir de ti, tu pueblo
es todo entero una fiesta,
porque por él transitas
entre las flores y la cera
ocultando bajo el palio
las enlutadas penas.

Pregonando con tu porte
la majestad y belleza
con la que Dios te adornó
antes de que te trajeran
ángeles vendimiadores
hasta tu lugar en la Iglesia.

Por eso, al mirar tu rostro
rebosando primaveras
los herencianos proclaman
que eres virginal doncella
que de los cielos bajó
para escuchar nuestras quejas.

Te daremos mil halagos
cada cual a su manera:
Madre y Señora de Dolores,
la más bonita manchega,
la más guapa, la más buena,
o la Dolorosa a secas.

(Adaptación de un poema de Miguel Ángel Villodres Morales)

Procesión Domingo de Ramos - Herencia 2017
Procesión Domingo de Ramos – Herencia 2017

Y mañana, en el Domingo de Ramos, la Semana Santa en Herencia se hace luz y alegría.
Herencia celebra la “Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén”.

Lluvia de palmas y ramos de olivo
embalsaman las calles primorosas,
la borriquilla, con su jinete divino,
por Herencia entre las voces victoriosas.

Delirantes las turbas anhelosas
que rodean a Jesús en su camino:
¡Hay en torno un ambiente tan divino
que divinas se ven todas las cosas!

Se respiran alegrías a mansalva,
alabanzas por las calles y la plaza
y en Herencia hay fiebre de fervor y canto:

¡Que se abran ya las puertas matinales!
Resuenen cornetas primaverales
y ¡Paso! al Rey triunfal, Mesías Santo!

Y llega el Miércoles Santo. Y la tradición del Vía Crucis penitencial toma cuerpo en Herencia. El Santísimo Cristo de la Misericordia como imagen para rememorar las catorce estaciones que llevaron a Jesús desde su condena a su muerte y entierro.

Lengua de luz y del viento sosegado,
riego invisible bajo el mismo cielo,
que prende en alas de inefable vuelo,
en un solemne Vía Crucis iluminado.

Roja sangre de Cristo en Misericordia,
fuego de amor sobre el humano hielo,
eco inmortal de aquel divino anhelo,
que es llaga viva en las calles de Herencia.

En esta noche sin amor, sin calma,
sin paz, sin fuego, donde mora el alma,
vénganos esa luz, esa aventura.

Exhala, mi Cristo, tu soplo nuevamente
sobre la arcilla débil de mi frente
y será lo demás añadidura.

(Adaptación de un Poema de Francisco Cano Pato)

Jueves Santo:

Y amanece el Jueves Santo.
El aire se llena de palomas,
de vuelos nuevos de golondrinas,
de nardos, de claveles, de alhelíes…
de ritmo de jilgueros.

Huele a primavera y a incienso.
Brilla más el sol,
porque este Jueves es vida,
es plenitud; Eucarístía:
El Amor de los Amores.

Y en Herencia, la denominada y recién estrenada Procesión de Pasión.
Abre el cortejo el Prendimiento de Jesús.
Con un beso símbolo de amor te prendieron
y el beso aquel se convirtió en agonía,
un beso que transformó el amor en desconsuelo
cuando la llama de la tea iluminó la pena que sentías.

En el huerto, Jesús tembló sintiendo frío y miedo
al contemplar que el amor en traición se convertía,
la luna se alejó del cielo ante aquel cobarde beso,
la noche oscura e impasible soñó con ver el día.

Fui yo quien te vendiera con un beso,
quizá fue mi avaricia quien por dinero te entregaba,
pienso que a lo mejor mi cobardía,
fue el abismo traicionando al amigo que sólo amor me daba.

Y la llama de la antorcha en aquella madrugada
plasmó en el huerto la trágica tristeza de tu cara,
las verdes hojas primeras, lloraron con la arbolada
al ver que con un beso, Jesús, el Calvario comenzaba.

Silencio en la primavera,
silencio en las calles de Herencia,
silencio pregona el huerto
que están llorando los lirios,
que está llorando el romero.

Silencio, no hagáis ruido
y sólo el rumor del beso
dejó sentimiento y pena
cuando pasa el Prendimiento.

(Adaptación de un poema de Miguel Ángel Villodres Morales)

Y continúa esta Procesión de Pasión, el paso de Jesús de Medinaceli.

Enarbolada figura,
de dolor y escalofríos,
eres presentado a los hombres,
como el Rey de los Judíos.

Brote del árbol de Jesé,
dispuesto a ser derribado,
leño verde abatido,
sobre un mundo consternado.

Elevado sobre un ara,
te enfrentas al sacrificio,
solo ante un mundo que exige,
tu muerte como suplicio.

¡Que a nadie se le ocurra gritar!,
pidiendo la cruz como pena,
que a nadie se le ocurra decir,
que la muerte es tu condena.

Que si hubo un Judas traidor
y pretor que por miedo sentencia,
¡aquí está Herencia, tu pueblo,
“pa” morir en tu defensa!.

Defensa por amor al que velan,
al que esperan, al que traen,
amor con las manos atadas,
penitencia por nuestras calles.

Y a falta de Jerusalén,
de Pilatos y escaleras,
Herencia te muestra Cautivo,
en la Labradora, ermita señera.

Rompe Señor esas cuerdas,
que te mantienen cautivo,
duele mi Dios verte roto,
maniatado, Cristo herido.

Que nadie se lave las manos,
que sangre de justo han juzgado,
Señor de Medinaceli,
Dios Cautivo y Rescatado.

(Poema de José David Muñoz Oliva)

Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo

Y cierra el cortejo procesional el Santísimo Cristo de la Columna y María Santísima de la Soledad.

Flagelado de mi alma,
“el de la Columna” te llama tu pueblo,
que por ti se rompe el alma
y se ahoga en tu tormento.
Tú eres mi Cristo bueno,
de mis padres, de mis abuelos,
la devoción de mi familia
de la fe que llevo dentro.

Ay, Cristo de la Columna,
flagelado de mis versos,
consuelo de mis fatigas
y alivio de los enfermos.

El que en el altar de una ermita
le va diciendo a los vientos
aquí tenéis mi persona
para que por un momento
pidáis lo que se os dará
por la columna de mi tormento.

Dame la luz, vida mía,
Ilumina a tantos ciegos
que van sin rumbo en la vida
y no encuentran tu sendero.

Alivia a tu pregonero
que en tu dolor anda preso,
aliéntale en el camino
tortuoso de los sueños.
Por ti el pregón se desata
y se quebraron mis versos.

San Bartolomé, el barrio,
quiere ver tu itinerar,
mecido de costero a costero
en esa tarde soñada
por todos tus costaleros.
Tú eres la vida en mis manos,
el sentir de mis poemas,
el faro que bien me guía
caminando entre tinieblas.

Llegado al ecuador de los desfiles procesionales de mi pueblo quiero recordar la figura del nazareno, del andero, del costalero… que vive próximo al dolor de Cristo en estas jornadas de pasión.

Nazareno, coge la vela.
Andero, erguida la espalda,
Costalero, hunde el hombro,
que la noche es larga
y los pasos cortos.

Para alumbrar la sombra
de los pies descalzos,
empujando fuerte
con el corazón abierto
y un sudor sediento.

Por una pena, penas.
por un lamento, dueles,
por una promesa, sangras,
por una saeta, lloras y sientes.

Aromas, incienso….
Medinaceli, Afligidos,
la Borriquilla, Consuelo,
Flagelación, Misericordia,
Prendimiento,
Nazareno, Santo Entierro…
Hermandad, Silencio.

Nazareno, sigue
que la cera quema.
Costalero, calma
que el Señor descansa
Y la Madre espera,
que le duele el alma
que su hijo sufra,
Y llora, sola…
Y calla.

Generoso costalero.
Anónimo nazareno.
Alfombras de sandalias juntas,
Capirotes apuntando al cielo.
Camina, aguanta,
que ya es tarde,
que la marcha suena
u tu paso baila, se mece,
Sueña,
Avanza…

Ramos de azahar, lirios y alelíes.
Claveles, rojas rosas, verdes mantos.
Cirios, varales, palios…
Magia envolvente, arte supremo.

Soledad, Amargura,
Mercedes, señora,
Inmaculada, única.
Dolores, ¡guapa!

Nazareno, ¡vuelve!
Andero, ¡arriba!
Costalero, ¡para!

Anderos, costaleros,
llevad vuestra imagen a su Casa,
y mantened vuestro esfuerzo
todos los días, paso a paso,
de frente sobre sus pies,
con vuestra caridad de alpargatas;

que la vida está muy mal,
que la vida es una anciana,
que hay que lavarle los pies,
que hay que asearle la cara,
que hay que hacer la cama,
que hay que limpiarle la casa,
que hay que velarle de noche,
que no hay que darle la espalda.

Nazareno, ¡vuelve!
Andero, ¡arriba!
Costalero, ¡para!

(Adaptación de un poema de Vitalino de la Cruz).

Viernes Santo:

Y es llegado el Viernes Santo. Viernes de luto. Muerte y entierro de Cristo.
En horario matinal la Procesión de los siete santos. Es encabezada por el  cristo de la Misericordia.

¡Cristo de la Misericordia!
¡Cristo de Herencia, mi pueblo!
Dios, en la Pasión de nuestras miserias.
Hombre, humillado, todo herida.

¡Cristo de la Misericordia!
¡Cristo de Herencia, mi pueblo!

Eternidad desmembrada,
alfabeto de espinas,
fusilado a salivazos,
diccionario de sufrimientos.
Última esperanza de las almas.
Nuestro amigo,
desnudo,
vacío,
sin nada.
NUESTRO.

Un guiñapo sanguinolento.
El cielo traspuesto de pena…
se estremece la tierra,
y las mujeres, por sus hijos, tiemblan.

¡Cristo de la Misericordia!
¡Cristo de Herencia, mi pueblo!
Maestro de bienaventuranzas,
hijo de María.
Dios hecho venas,
y nervios y músculos y huesos.
Espasmo infinito de dolor.
Dios quebrado, sumo sacrificio.
Dios torturado, tantas veces,
a lo largo de la historia,
a veces, con los métodos más refinados,
y por su propia gente.

¡Cristo de la Misericordia!
¡Cristo de Herencia, mi pueblo!
El Cristo que perdona tus pecados
y resucita una y mil veces tu alegría.

(Adaptación de un poema de Guillermo Urbizu)

Jesús Nazareno y la Amargura.

Y la procesión continúa con la presencia de una morada marea de nazarenos. Y Jesús “el Nazareno”, el Señor de la Tez ensangrentada, el Cristo de los hombros hundidos recorre las calles de Herencia.

Morada cruz, morada penitencia,
morados los anclajes de tus sueños,
morado caminar, morado empeño,
morada petición de la clemencia.

A tus pies el clavel de la opulencia
que se humilla rozado por el leño;
se culmina el amargo desempeño,
paso a paso en las calles de tu Herencia.

Labradoras de amor en los cordones,
oro rubio a tu cuello tan moreno,
adornado de encajes y galones.

En las piedras bendices el sereno
y levantas del alma las pasiones,
cuanda pasas, Jesús de Nazareno.

(Poema de Antonio Martín-Viveros)

Y tras el Nazareno, María Santísima de la Amargura.

Van tus dedos, arpegio de martirios
como réquiem que compone tu dolor,
son tus manos que gotean como lirios
todo el llanto del rocío de tu amor.

Son tus ojos soberanos, entreabiertos,
los volcanes de este fuego abrasador,
que encendidos en tus senos casi yertos
vomitando van tu pena su amargor.

Y tu manto recogiendo el agua pura
va bordando sobre azules ese ardor
que destila por tu talle la Amargura

y se imprime con el hilo adorador.
¡Qué belleza, tú, mi Virgen Amargura,
tú, herenciana, de pasión!

(Poema de Felipe Ortuno)

Y en una tarde de dolor inmenso, las calles herencianas contemplan la Procesión del Calvario. En ella Nuestro Señor de los Afligidos y María Santísima de la Soledad.

En esta tarde, Cristo de los Afligidos,
vine a rogarte por mi carne enferma,
pero la verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en las Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que tenga amor
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
Huyeron de mí todas las dolencias,
y al verte procesionando
por mis queridas calles de Herencia,
el ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido, no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.

(HIMNO DE LA LITURGIA ROMANA)

Y ante la muerte del hijo, el dolor de la Madre.

Un paso de palio es el trono
en que Ella reina,
el compás de su andar,
el trono en que nos llega
una ración de cielo.
La ermita caminante,
el rincón de su huerto,
su mirador, su reja, su ventana encendida,
su jardín floreciendo.
Su sala en que recibe,
su balcón para vernos,
su casa, su joyero, su tocador privado,
La oficina en que atiende,
la puerta de los cielos.

Un resumen de gloria,
un piropo creyente,
un incendio entre flores.

Todos los mayos juntos,
la lámpara de la gracia,
un soneto de lujos,
la oración de los ojos…

Bendita la Soledad
del palio que me acompaña
porque ella es el templo
dónde mi alma descansa.
Y aunque Tú no lo pides
porque te mueres de pena,
la noche te pondrá un velo
de ilusiones cofradieras
para enjugar tu pañuelo
que de soledades se vela.
Y el Domingo de mañana,
resucitarás de veras
y llenarás de Alegría
esta nueva primavera.

(Adaptación de un poema de Enrique Iniesta Coullaut-Valera)

Tarde de Viernes Santo:

EL SANTO ENTIERRO,
que se ha muerto la vida
y todo se vuelve negro.

Cristo-Yacente-pregon

La Procesión del Santo Entierro tiene el sello del dolor sublime de la Virgen que acompaña a su hijo yacente en la noche primaveral por las calles de Herencia. Dolor, austeridad y silencio.

Y Herencia siente hasta lo más profundo de su ser el vacío por la muerte de Cristo, al que acaban de enterrar.

Está como dormido, ¡y está muerto!
Muerto Jesús, el faro de la vida,
Y está sobre la sábana extendida,
Junto al sepulcro que se abrió en el huerto.

¡Muerto Jesús, que era Verdad y Camino!
¿Cómo encontrar la Gracia Verdadera,
si ya no hay pan que bendecir pudiera,
ni en nombre de su sangre nos da el vino?

Se agostó para siempre la hermosura,
que va a enterrarse en esa sepultura,
y se perdió su salvadora guía.

Terminó de manar la bienhechora
fuente de su palabra redentora.
el sol se hundió y está enterrado el día.

(Poema de Andrés Bolarín)

Y la Dolorosa, Madre que abrió nuestra Semana Santa, cierra con un dolor infinito junto al cuerpo del hijo.

Dolorosa, – siete espadas
Ciñendo el pecho santo-
Su queja dolorida
Desde su rostro pálido.
Eleva levemente
Al cielo las dos manos
En súplica o pregunta:
¿Por qué dolores tantos?
Las velas, tristes, gimen
Su luz en cada barrio;
Recitan cera y luces
Los nervios de sus párpados.
… Y son siete serpientes,
que caminan por Herencia,
metálicas, ahogando,
su corazón de Madre,
sin paz, desorbitado.

(Poema de Teresa Aguirre Moreno)

Domingo de Resurrección - Herencia
Domingo de Resurrección
– Herencia 2017

Y al término de la semana, es llegado el Domingo de RESURRECCIÓN.

¡ Y con él, la gloriosa Resurrección de Cristo!
¡Vuelo alegre de palomas!
¡Tañer de campanas!
¡Música en las calles!
¡Amor fraterno!

Desfile brillante en una mañana de luz y de alegría.
El Resucitado por las calles de Herencia para mostrarse, un año más, en un encuentro gozoso con su Madre, y revelar cumplimiento de la promesa de la Resurrección.

¡Grandiosa esta mañana
de gustas sin sus losas,
de Gracias azarosas
abriendo la besana
de un surco de campanas
en un campo de rosas!

Las lágrimas pasaron,
la sangre del madero,
el llanto, el aguacero,
los clavos que clavaron,
la lanza que alargaron
El mal con que te hirieron.

Los ángeles ya cantan,
el cielo ya se entrega
al refulgir sonoro
de ver cantar a coro,
a Herencia que te reza.
Herencia estaba ciega ,
y tiene luz de oro.

(Poema de Antonio Martín-Viveros)

Pregon-Semana-Santa-de-Herencia-2018-02

6.CONCLUSIÓN

Y concluyo.
Un hombre sin memoria es un hombre sin morada. Sin hogar. Sin punto de partida ni meta de llegada. Se limitará a ver pasar el tiempo. No podrá disfrutarlo, celebrarlo, porque no tiene nada que celebrar. Y es que el hombre que se olvida de su morada, del lugar de donde procede y al que va, no sólo ha perdido la noción del espacio, sino la verdadera noción del tiempo. Y con ello, experimenta el aburrimiento que caracteriza su existir. Pretende llenarlo de sensaciones, de “buenas vibraciones” como se dice hoy. Pero en realidad no consigue encontrarse consigo mismo. Porque, en definitiva, termina por no estar seguro de quién es, de conocer su más propia e íntima verdad.
¡¡Mujeres y hombres que me escucháis!! Que en estos días de Semana Santa despertemos nuestra memoria. Redescubramos nuestra morada, tengamos en cuenta el lugar de donde procedemos y la meta a la que nos dirigimos.
Y termino, y si empecé este Pregón con un particular Padre Nuestro, quisiera cerrarlo con el recuerdo a la Madre. Porque Herencia es Mariana por los cuatro costados, Herencia ama a María por todas sus calles y plazas, Herencia añora a su Virgen en todas las casas…
Y el amor se hace disputa, porque el amor es así de incoherente.

Dios te salve Reina y Madre,
que eres Salud del enfermo,
eres Tú la dulzura
y esperanza de este pueblo,
que te quiere y te venera.
Madre del Dios Nazareno,
que caído por la tierra,
va perdonando a su pueblo.

A Ti acude rezando
Herencia, todo tu pueblo,
buscando tu manto amado,
en los momentos de duelo,
tus dulces ojos de Madre,
que lo calmen y den consuelo,
y siempre protegidos en tu manto estaremos.

Ea, pues Señora nuestra,
danos Salud de alma y cuerpo,
para seguir tras tus pasos
a Jesús el Nazareno.

Y muéstranos a Jesús,
fruto de tu vientre lleno,
de la vida y de la gracia,
que bajó desde los cielos,
para redimir al hombre
y levantarlo del suelo.
Que por sus llagas gloriosas
hasta el Padre llegaremos.

Santísima Virgen María,
estrella del cielo en las horas de Amargura,
Consuelo de necesitados por sus vastas Mercedes,
esperanza luminosa ante nuestras angustias,
Amor y sosiego en nuestra Soledad,
nuestro auxilio cuando los Dolores nos abaten,
Inmaculada en la divina Concepción de Jesús.

Dulce nombre de María
En todos los días del año,
que Herencia de ti precisa,
de tu luz, de tu mirada,
de tu amor, de tu esperanza…
y de tu entrega callada.

Y sin más ya me despido.
Gracias a los miembros de la Agrupación Musical Santa Cecilia que han puesto un exquisito fondo musical con sus motetes, a mis palabras, y gracias a todos por vuestra atención.
¡Semana Santa en Herencia! Inolvidable estación de penitencia en el corazón de la Mancha a las que mis palabras han querido poner prólogo; un pregón, el mejor que desde el corazón he sabido componer.

HE DICHO

Las fotos del pregón, no son de mi autoría, están recogidas de las redes sociales.

Sobre Ángel Martin-Fontecha Guijarro:

Pocas palabras se pueden decir para presentar al pregonero de la Semana Santa 2.018. Seremos breves.

Ángel Martin-Fontecha Guijarro, es una de las personas más relevantes de la comunidad, implicado en proyectos religiosos, sociales, de investigación, educativos, etc…, investigador y amante de la historia de Herencia.

Durante muchos años, fue miembro de la Junta Directiva de la Hermandad de El Santo y secretario de la Junta de Hermandades, coordinador del libro guía se la Semana Santa de Herencia, desde el año 2.004 hasta el 2.008, y siendo, además, el autor del actual escudo de la Junta de Hermandades.

Amante de todo lo relacionado con la religiosidad popular y la historia de Herencia, escribe varios artículos y publicaciones, entre ellos y junto al Padre Mario Alonso Agudo, el libro “La Ermita de San Bartolomé-El Santo de Herencia”, así como otros artículos relacionados con nuestra localidad, como: “Historia de las Advocaciones Marianas”, “Un caso de Inquisición”, “La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y la Anunciación (8 de Octubre de 1.585)”, “Las lapidas de la Ermita de San José”, así como las biografías de los párrocos herencianos, Don Manuel González de Salcedo, Don Salustiano Almeida y Don Joaquín Gómez-Montalbán.

Suyas son también otras publicaciones relacionadas con la historia de su pueblo, como: “Herencia y la Guerra de la Independencia”, “Breve historia de Villacentenos”, “El cupo de utensilios en Herencia”, “La antigua Casa del Pueblo de Herencia”, “La Carta Puebla de Herencia-últimos datos a sus 775 años”, “En un lugar de la Mancha”,…

Es colaborador también del Centro de Estudios Herencianos y colaborador con su “Anecdotario” histórico en Herencia.net. Fue miembro del Grupo Coordinador del 775 aniversario de nuestra Carta Puebla celebrados en el año 2.014. Ha participado en las dos ediciones celebradas de las Jornadas de Historia organizadas por el Ayuntamiento de Herencia.

Tiene varios reconocimientos en su pueblo, entre ellos: “Perle de Honor”, dentro del ámbito Socio Cultural en el año 2.004, “Pregonero” en las Ferias y Fiestas de La Merced en el año 2.014, “Exaltador” del Cristo de la Misericordia en el año 2.015,.y más!!! Pero hemos dicho que íbamos a ser breves… solo le faltaba esto, ser pregonero de la Semana Santa de su pueblo, acto que esperamos con ganas, y que seguro que, con sus palabras, no deja indiferente a nadie.